domingo, 9 de mayo de 2010

CUANDO EL AMOR Y LA MUERTE SE ABRAZAN



Un atardecer, cuando se alargaban las sombras, estaba yo sentada, callada e inmóvil, junto a una
estatua de mármol. que la estatua murmuraba a mi oído, hablándome de un pasado que nunca podría olvidar; aludiendo taimadamente a un futuro que trataba de ignorar. Fluctuando como fantasmas a la pálida luz de la luna naciente, volvían a presentarse los fuegos fatuos que me decían diariamente que podía y debía haber actuado de un modo distinto: Cuando el amor y la muerte se abrazan, yo me enamoro de vos , y cuando mi corazón sufre desesperadamente; todo lo que deseo es que me abracéis...
AVENDKA

No hay comentarios:

Publicar un comentario